Recientemente a finales del mes de julio del presente año, el Ministerio de Salud, a través de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), remitió a la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (CONAMER) el Anteproyecto de “Reglamento de control sanitario para la producción, investigación y uso medicinal del cannabis y sus derivados farmacológicos”, el cual corresponde a la modificación de la Ley General de Salud de 2017.
El objetivo era iniciar proyectos de investigación y producción con base al Cannabis.
En este anteproyecto impactaría directamente a los laboratorios, a los establecimientos destinados al proceso de medicamentos con contenido de cannabis o sus derivados farmacológicos, a los establecimientos en donde se lleven a cabo actividades de investigación, a las empresas interesadas en realizar actividades de cultivo y siembra, a los profesionales de la salud que prescriban medicamentos con contenido de cannabis o sus derivados, a las droguerías, farmacias o boticas autorizadas a comercializar este tipo de medicamentos, a los establecimientos que brindan servicios de atención médica, servicios auxiliares de diagnóstico y tratamiento, a los que se dediquen a la fabricación, importación, exportación o uso de materias primas derivados del cannabis.
En cuanto a su contenido, se contemplaba la regulación de los siguientes usos del cannabis:
Sin embargo, en agosto del presente año, la CONAMER devolvió a la COFEPRIS el anteproyecto para la producción e investigación del cannabis medicinal en México con el fin de que se replantee el impacto regulatorio.
Por otro lado, el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) extendió el plazo hasta el 9 de septiembre del presente año para emitir la legislación con respecto al uso del cannabis medicinal. Sin embargo, recientemente venció el plazo y aún no se publica, a pesar de que esto genere un incumplimiento a las órdenes y los plazos impuestos por la Suprema Corte de Justicia.
Finalmente, a la presión generada por los empresarios se suma la entrada en vigor del T-MEC, ya que este último generará oportunidades al mercado de cannabis medicinal y derivados, el cual México podrá aprovechar para poder proveer de materia prima a los demás países y representará un nuevo mercado para la economía del país.
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