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El innovador

  • 04 septiembre 2018
  • Artículos

Artículo de Fabián González y Armando Flores, de Clarke, Modet & Cº México en «El Innovador», Edición 29 (Agosto-Septiembre 2018)

Uno de los grandes retos para los centros púbicos de investigación y desarrollo en México es construir una cultura de Propiedad Intelectual, más allá de la labor de investigar, desarrollar y publicar documentos, o artículos para divulgar su trabajo.

La difusión de investigaciones es la forma como se mide o valora el desempeño de los centros de I+D; sin embargo, conviene que el desarrollo de invenciones deje de restringirse a la publicación de las mismas, que suele ser el objetivo principal. En los casos donde se publica y posteriormente se pretende proteger, muchas veces la novedad, como requisito de la Ley de Propiedad Industrial, se ha agotado.

La falta de conocimiento o guía adecuada en materia de Propiedad Intelectual e Industrial (PII), o incluso de intención de explotar la invención que se ha desarrollado, deja vulnerables los intereses de investigadores y centros al desconocer la posibilidad de ceder, licenciar o transmitir el conocimiento, ya sea de forma parcial o total, monetizando así el esfuerzo y tiempo invertidos en la investigación.

Otro reto es eliminar la brecha entre la invención y el interés de las empresas que pudieran invertir en la misma, es decir, no siempre las tecnologías desarrolladas dan solución a un problema existente en el mercado.

Ahora bien, la Propiedad Industrial brinda herramientas y soluciones para los retos mencionados. Respecto a la divulgación, la Ley en México concede un plazo de doce meses para poder presentar una solicitud de patente, sin que la novedad se vea afectada.

Al promover la cultura de Propiedad Intelectual, estaremos más interesados en generar derechos que publicaciones, aunque una no excluye a la otra, siempre que se haga en el orden y tiempo correctos. .

Las búsquedas relacionadas con la tecnología desarrollada también proveen información comercial para encontrar posibles socios, compradores o licenciatarios, permitiendo así la explotación.
Conocer el estado del arte, a través de búsquedas de información tecnológica, evita el riesgo de infringir derechos de terceros y ayuda a dirigir o re direccionar la investigación,evitando la pérdida de tiempo y recursos.

En conclusión, los Centros de I+D, deben acercarse a expertos en PII para alcanzar sus objetivos, y otros que posiblemente desconozcan, a través de la protección de Derechos de Propiedad Industrial.

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