Además de patentar microorganismos que cumplan con los requisitos de patentabilidad en Chile, ahora estos también pueden ser almacenados en un banco de depósito internacionalmente acreditado dentro del país. Si bien desde agosto de 2011 entró en vigor el Tratado de Budapest en Chile, sólo recientemente – a partir de marzo de 2012 – , se cuenta con una institución acreditada y capacitada en territorio nacional para el depósito y preservación de material biológico utilizado en propósitos de procedimientos de patente de invención.
La Organización Mundial de la Propiedad Industrial (OMPI), la cual administra el Tratado de Budapest, informó en su notificación Budapest n° 283 del 26 de marzo de 2012 al Gobierno de Chile que la Colección Chilena de Recursos Genéticos Microbianos (CChRGM) adquiere el estatus de Autoridad Internacional de Depósito bajo dicho Tratado.
La colección acreditada pasó a ser entonces la primera institución chilena y, dentro de la región, acreditada por la OMPI para servir a los propósitos y disposiciones de este tratado. E Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), al cual pertenece la CChRGM, es una corporación de derecho privado, sin fines de lucro, dependiente del Ministerio de Agricultura.
Antes de ser acreditada como Autoridad Internacional de Depósito, la CChRGM contaba con 2.150 depósitos de microorganismos. Hoy la colección recibe depósitos de nematodos, hongos (mohos, hongos filamentosos, levaduras, hongos superiores), bacterias (incluyendo actinomycetes), microorganismos que contienen plásmidos (los que puede ser conservados, sin ninguna alteración de sus propiedades, por medio de subcultivo y de almacenamiento en criopreservación y liofilización). La CChRGM también acepta microorganismos patógenos de plantas, antagonistas de fitopatógenos, entomopatógenos, micorrizas, endófitos de plantas, entre otros. Sin embargo, microorganismos patógenos de humanos y animales o de naturaleza desconocida no pueden ser depositados.
De la misma manera, al menos por ahora, la Colección tampoco recibe depósitos de algas, protozoos, líneas celulares humanas, hibridomas y virus animales. Además, la Colección no recibe preparaciones de ácidos nucleicos ni tampoco fagos, en espera de técnicas y procedimientos adecuadas dentro de su laboratorio. De acuerdo a la actualización de tarifas informada por la OMPI en su notificación Budapest n° 288 del 20 de septiembre de 2012, el depósito de una cepa, por al menos 30 años, tiene un costo de 425.000 pesos chilenos (aprox. 850 USD).
El que la Colección haya sido nombrada como Autoridad Internacional de Depósito de microorganismos por la OMPI tiene mucho sentido. La razón es que el INIA es la institución encargada de la conservación y uso sostenible de los recursos genéticos en el país. Este logro viene a ser el resultado del esfuerzo integral entre el Ministerio de Agricultura, Ministerio de Economía y el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI).
El resultado es la creación de una política nacional que intenta abordar el emprendimiento favoreciendo la innovación, y facilitando el acceso a las herramientas de estándar internacional necesarias para la protección de la propiedad industrial.