Por Clarke, Modet & Co Chile
Según estudio del BID, la mayoría de las Pequeñas Empresas Innovadoras ignoran las ganancias que podrían obtener haciendo uso de la Propiedad Intelectual. No es un tema de recursos, es desconocimiento.
Con el fin de comprender por qué las Pequeñas Empresas Innovadoras (PEI) de Chile, Colombia y México utilizan poco o nada el sistema legal de protección, la División de Competitividad e Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desarrolló el estudio: “El costo de uso de los sistemas de propiedad intelectual para Pequeñas Empresas Innovadoras”, en el marco del proyecto “The Cost of Intellectual Property Rights: A Survey of Latin American SMEs”. Para ello, entrevistaron a 150 emprendedores (50 por país), que durante el último año inventaron un producto o un proceso, protegido o no por el respectivo sistema legal.
La investigación constató que existe una disonancia cognitiva frente a los derechos de propiedad intelectual, pues la mayoría de las Pequeñas Empresas Innovadoras (PEI) de Chile, Colombia y México consideran importante que el país cuente con un sistema legal de protección, sin embargo hacen escaso uso de éste.
Cabe decir que el poco uso del sistema de propiedad intelectual no se debe a los costos económicos asociados, sino más bien al desconocimiento en la materia y las percepciones erróneas sobre su funcionamiento. A modo de ejemplo, ninguno de los entrevistados declaro haber utilizado alguna vez las cláusulas de confidencialidad, y lo que es más grave aún; pocos de ellos sabían de qué se trataba.
El problema de fondo es que la mayoría de las Pequeñas Empresas Innovadoras (PEI) no cuentan con un sistema de protección en la estrategia de la compañía. Una posible explicación a lo anterior, es que las PEI no perciben la posibilidad de ser copiados y, sin embargo, ese es uno de los grandes riesgos que enfrentan.
A modo de recomendación, los investigadores del BID proponen aplicar políticas de divulgación y difusión de los beneficios que tienen los emprendedores al proteger sus innovaciones a través de la propiedad intelectual. De esta manera, las Pequeñas Empresas Innovadoras (PEI) podrían implementar y/o mejorar las estrategias de comercialización, aprovechando los beneficios del sistema legal, que otorga menos riesgo al producto o proceso a proteger y entrega mayor liquidez económica.