La Propiedad Industrial e Intelectual desempeña un papel clave en el proceso de innovación, permitiendo a las universidades y las compañías desarrollar una estrategia de transferencia de tecnología de los resultados de I+D.
La relación creciente entre la Universidad y la Empresa ha mejorado debido a una orientación de la investigación aplicada, en función del posicionamiento en el mercado, evitando la inversión en I+D redundante y mejorando la calidad de la información asociada con su capital intelectual.
Este aumento de colaboración es el resultado del reconocimiento de la importancia de la investigación universitaria a las actividades innovadoras de la industria, y también la respuesta a los cambios estructurales o contextuales, como la escasez de financiación con capital público, lo que obliga a las universidades a adoptar una postura más agresiva y de «negocio», en la búsqueda de nuevas fuentes de fondos para la investigación.
En el contexto económico actual, el éxito y la competitividad de la Universidad y de la Compañía se fundamenta principalmente, en la creación de modelos de negocio innovadores, basado en procesos y productos diferenciados, lo que les aporta una ventaja competitiva con respecto a sus competidores directos y potenciales.
Para que el éxito del objetivo se logre, los procesos y/o los productos creados, protegidos mediante patente deben ser analizados y valorados económicamente. Existen diferentes métodos de valoración, que en una etapa temprana tienden a ser los métodos de pre-valoración sencillos, con base en checklist y breves informes sobre el retorno del mercado potencial y económico. En una etapa posterior, la valoración tiende a ser más cuidada, recurriendo a otros métodos como la identificación de acuerdos comparables (royalties aplicados en la industria, acuerdos de licencias, ventas, etc.) y el descuento de flujos de efectivo proyectados, generado por exploración.
Los diferentes métodos de valoración en el mercado pueden ser utilizados individualmente, o una combinación de varios métodos, teniendo en cuenta que los resultados son estimaciones que cumplen con un cierto grado de subjetividad, y que proporcionan los indicadores y directrices para determinar qué es un valor razonable para establecer un acuerdo equitativo (precio justo) entre ambas partes.
Así, la estrategia de Propiedad Industrial e Intelectual debe estar alineada con la estrategia empresarial, cuyo objetivo es el retorno de la inversión.