Vía Diario Financiero
Aunque la libertad es uno de los mayores beneficios que trajo Internet, también tiene inconvenientes, como el hecho de que cualquiera puede comprar una dirección «.com». Los estafadores sólo necesitan pagar US$ 10 para crear una dirección que pueda imitar a la de un banco, una firma de ropa o un concesionario de autos razonablemente bien como para convencer a alguien de comprar un producto falso o entregar sus datos personales.
Cada día, casi 1.000 estadounidenses presentan algún tipo de denuncia de robo de identidad ante la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos, y alrededor de 750 reportan haber sido estafados por un impostor.
Eso es parte de la razón por la que cientos de empresas, desde Google a Walmart, han pagado US$ 185.000 para solicitar los derechos de los dominios web que contienen sus nombres, como, «.google» y «.walmart».
Las empresas que compran estos dominios homónimos de primer nivel a la Corporación para la Asignación de Nombres y Números de Internet (Icann, su sigla en inglés), podrán, en teoría, limitar estrictamente quién crea páginas relacionadas con ellas. Hasta la fecha, de las 1.930 solicitudes, 534 empresas han solicitado dominios que contienen sus propias marcas, de acuerdo con Icann.