Los indicadores económicos basados en figuras Propiedad Industrial, aunque aún poco conocidos, no son ajenos a la evolución de la economía internacional y menos aún en la actualidad donde el factor competitivo cada vez se basa más en la generación de tecnología y conocimiento, siendo estas figuras las principales vías disponibles para su gestión.
Los productos y servicios basados en su mejor tecnología y/o diseño y el esfuerzo de implantación de las empresas en los diferentes mercados queda bien reflejado en la utilización de las diferentes figuras de Propiedad Industrial y en concreto las patentes, los diseños y las marcas.
El pasado enero la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual nos ilustraba en su publicación anual de “Indicadores mundiales de Propiedad Intelectual” con un análisis que bien puede resumir el estado del Mundo según la Propiedad Industrial, al señalar los países o mercados donde las patentes, diseños y marcas actualmente se están solicitando:
Indicadores mundiales de Propiedad Intelectual
Las gráficas hablan por si sólas, el grado de concentración de las patentes en sólo 5 áreas, el empuje abrumador de China (es interesante recodrar que en 2013 el número de patentes solitadas en el mundo aumentó un 9%),el puesto poco relevante de Europa (de hecho junto a Japón fue el único área relevante del mundo donde el número de patentes solicitadas bajó), la concentración de solicitudes de diseños en China que la consolidan como la “fábrica mundial” y la mayor dispersión en cuanto a solicitudes de marcas.
¿Y España? Si el mercado tecnológico español se midiera en las patentes españolas solicitadas, la lectura sería procupante, más aún si incorporamos los datos adelantados de cierre de 2015 según el CLARKE INDEX:
Cierre de 2015 según el CLARKE INDEX
Pero si mostramos estos datos en términos relativos, patentes por millón de habitantes, directamente España se acerca al abismo:
términos relativos CLARKE INDEX
Por desgracia estos números se traducen en una realidad económica, como su efecto directo en la tasa de cobertura en la balanza de pagos por “Royalties y de rentas de la Propiedad Inmaterial” que en 2012 celebrábamos con un 54% (mejor dato de la serie histórica) pero que el Banco de España nos advertía que en 2013 se había ya deteriorado al 46%, y en general su reflejo en la mayor dependencia tecnológica del exterior.
Datos que nos deberían hacer reflexionar como país y que deben hacernos ver qué modelo productivo queremos y cuál realmente estamos diseñando.
Siendo como es España la 14ª economía del mundo por PIB según el FMI, no podemos permitirnos no aparecer ni en los 20 primeros puestos del ranking mundial en indicadores de productividad de patentes.
Ahora bien, ni todo son patentes ni sólo los productos y servicios son tecnológicos, debemos recordar que España ocupa una honrosa 13ª posición mundial en los indicadores de productividad de marcas y un 15ª en la de diseños. (6ª y 8ª posición mundial si tenemos en cuenta la “distorsión estadística” que supone la figura de Marca Comunitaria).