Como inversión de riesgo que es, que una investigación pueda terminar sin resultados exitosos forma parte del juego que todo inversor asume. Si gran parte de estas investigaciones con resultados negativos pueden ser fácilmente evitables, estamos hablando del arte de quemar dinero, produciendo costes irrecuperables. Esto en economía se denominan costes hundidos.
El caso que presentamos es más común de lo que pensamos y muchas oficinas de patentes han dado la voz de alarma:
La Organización Mundial de Propiedad Industrial (WIPO) cita que torno a un 30% de las investigaciones realizadas en Europa las que lo son en temas ya investigados (1)
La Oficina Europea de Patentes (EPO) cifra en 20 Billones de euros anuales el coste de las investigaciones duplicadas en Europa (2)
La Oficina Austriaca de Patentes eleva esta cantidad a 60 Billones de euros anuales (3)
La Oficina Británica de Patentes la cifra en 20 Billones de libras anuales (4)
La Oficina Española de Patentes y marcas (OEPM) cita que en torno al 25% de las investigaciones realizadas en Europa lo son en temas ya investigados (5)
Fuentes que citan a la Comisión Europa elevan esta cantidad a 32 Billones de Euros anuales (6)
Pero por desgracia, este tema aún no ha sido objeto de un estudio en profundidad, a pesar de la gravedad de los datos que se barajan y como bien reflejan la disparidad de la cifras. Sólo se está detectando de manera más precisa por las mismas oficinas de Patentes pero “aguas abajo” o sea, cuando la inversión ya se ha hecho y, al solicitar la patente, los informes de búsqueda señalan a otras investigaciones ya públicas que indican que el resultado no es novedoso.
Como Europa, España no es una excepción. Según nuestras estimaciones (6) en torno al 62% de los “informes de búsqueda” de patentes españolas directas concedidas presentan problemas de novedad y/o altura inventiva.
Afortunadamente, las Instituciones Públicas son las que presentan el mejor ratio con diferencia y probablemente la cifra real global sea algo mejor, ya que parte de estos informes negativos se pueden deber a la amplitud de las reivindicaciones de la patente solicitada.
La realidad es que, echando la vista atrás y a la luz de estos datos, mantenemos en Europa niveles de solicitudes de patentes sin novedad en el siglo XXI parecidos a los que se registraban en tiempos de la Inglaterra Vitoriana.
La buena noticia es que gran parte de esta duplicidad en investigaciones se puede hoy evitar gracias a los sistemas de información con que contamos. Instrumentos como la elaboración de informes de inteligencia tecnológica o informes previos de patentabilidad que, si bien, no todos, sí podrían reducir drásticamente estos niveles de duplicidad.
La mala noticia es que no son mecanismos habitualmente utilizados, menos del 10% de las patentes directas que se solicitan en España hacen un estudio previo de patentabilidad y, peor aún, los primeros datos que refleja la OEPM indican que cada vez se usan menos.
(1) http://www.icsti.org/IMG/pdf/VTTImpactofPatent.pdf
(2) http://www.epo.org/searching/essentials/business.html
(3) http://www.patentamt.at/geschaeftsbericht2008/en/praesident.html
(4) http://www.wipo.int/edocs/mdocs/innovation/en/wipo_ifia_bud_98/wipo_ifia_bud_98_2.pdf
(5) http://educacionypi.oepm.es/uni_esp.html
(6) http://cincodias.com/cincodias/2002/05/22/empresas/1022159684_850215.html
(7) Muestreo aleatorio realizado sobre 100 patentes publicadas en 2012, el 56% presenta problemas de novedad y el restante 6% sólo de altura inventiva.
(8) Fuente OEPM memoria de actividades 2012 http://www.oepm.es/es/sobre_oepm/MemoriaActividades/
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