Registrar un dominio .com.ar ya tiene precio: 160 pesos anuales (poco más de 14 euros). Desde el 5 de marzo entró en vigencia la resolución No. 20/2014 de la Secretaria Legal y Técnica que así lo determina. La norma rige tanto para los nuevos sitios Web como aquellos existentes, en cuyo caso se abonará el importe al momento de la renovación.
Las opiniones al respecto, por supuesto, no fueron unánimes. La discusión entre quienes estaban a favor y en contra de la medida se dio desde el primer instante, cuando la idea se encontraba aún en estudio.
Las principales controversias se relacionaban con:
la imposición del nuevo arancel (entre pagar por algo o recibirlo gratis, es lógico preferir lo segundo),
la incógnita sobre cuál sería la suma a abonar,
la limitación que ésta significaría en el acceso (se entiende que cuanto más debamos pagar, menores serán las posibilidades de acceder) y
cuál sería el destino de los recursos recaudados.
Finalmente, la normativa llegó, y más allá de esos válidos cuestionamientos, cabe ahora preguntarse: ¿qué hay de bueno en tener que pagar por un dominio?.
En efecto, hay algunas ventajas. Para empezar, el hecho de que el registro sea de pago pondrá coto a una práctica bastante extendida, que consiste en apropiarse de un gran número de dominios y mantenerlos inactivos, a la espera de alguien que pague por ellos.
Los “ciberocupas” (tal el nombre que reciben quienes la ejercen), registran entre decenas y cientos de frases, expresiones, palabras e incluso marcas y nombres de personas “famosas” con el único propósito de venderlos luego a quienes tienen un genuino interés por éstos, es decir, sus verdaderos titulares.
¿Cuáles eran las opciones, por ejemplo, para las pequeñas empresas a las que un “ciberocupa” había ganado de mano en el registro de su marca? ¿Cómo posicionarse en la Web si el dominio de su sitio institucional no podía ser su propio nombre?. Si bien existían mecanismos para recuperar esos dominios, muchas veces se optaba sencillamente por “pagar el rescate”.
Es difícil saber cuántos de los dominios registrados en nuestro país estaban en poder de ciberocupas, pero hasta el año pasado el 70% del total de dominios .com.ar permanecían inactivos.
El hecho de tener que pagar por “reservar” un nombre desalentará sin dudas esa práctica y beneficiará a quienes, efectivamente, deseen hacer uso de aquellos que se mantenían “bloqueados”.
La nueva norma exige la identificación de la persona física o jurídica titular del dominio.
Hasta ahora, podía usarse un nombre falso y un documento inexistente para hacer el trámite, que se completaba «on-line» sin tener que acreditar los datos. A partir de esta medida, eso también se revierte, otorgando mayor formalidad y veracidad al trámite del registro.
Asimismo, por resolución No.19/2014, los nuevos registros y las renovaciones de dominios serían publicados en el Boletín Oficial, un elemento más para estar al tanto del uso de cualquier nombre que consideremos significativo para nosotros, nuestra marca, empresa o institución, y reclamar en caso de que lo consideremos necesario.
La tendencia mundial, por cierto, es la de cobrar por el registro de los dominios, y cada vez son menos los países en los que el trámite sigue siendo gratuito. Los 160 pesos que en Argentina deberán destinarse en forma anual para la apropiación de un dominio .com.ar es cercana a los 15 dólares que se abonan en Brasil por los .com.br, y bastante inferior a la que se paga al otro lado de la cordillera -70 dólares cada dos años- por los dominios .com.cl, al igual que los 35 dólares anuales de las célebres .com.