La gestión del conocimiento consiste en la identificación clara de los activos de PII a proteger, en la elección del tipo adecuado de protección – en línea con la estrategia de comercialización de la compañía – y en el mantenimiento de estos derechos de manera eficiente y eficaz, con el objetivo de permitir beneficios económicos en el corto, medio o largo plazo.
Actualmente, vivimos en un modelo de organización, social y económico, en que la información desempeña un papel clave en la creación de riqueza, contribuyendo al bienestar y calidad de vida de los ciudadanos. De hecho, gran parte de nuestra vida transcurre en procesos de aprendizaje y todo lo que nos rodea es reflejo de una constante necesidad de adquirir nuevos conocimientos.
Los productos y servicios tienen un carácter muy informativo, las compañías y organizaciones son cada vez más, dependientes de varios tipos de conocimiento y las inversiones se basan, cada vez más, en activos de propiedad intelectual e industrial (PII).
En este contexto, el capital intelectual es el diferenciador más activo y competitivo que una compañía tiene, para lograr sobrevivir en la actual economía del conocimiento.
La PII representa el conocimiento de cómo una compañía gestiona sus negocios, cómo produce un determinado producto y/o proceso, o presta un servicio; l conocimiento asociado a la creación y mantenimiento de bases de datos de clientes y proveedores y el nombre que se asigna a un producto y/o servicio.
Para entender la importancia de la PII en los negocios de hoy, sólo es necesario pensar en cómo una compañía particular se vería afectada si su competidor más cercano conoce su estrategia tecnológica y/o comercial, o tiene acceso a sus procedimientos de funcionamiento interno.
El conocimiento que es exclusivo para una compañía u organización es, en este sentido, una importante fuente de ventaja competitiva, y la creciente importancia del conocimiento en términos económicos, hace imprescindible su correcta identificación, gestión y valorización.
La gestión del conocimiento consiste en la identificación clara de los activos de PII a proteger, en la elección del tipo adecuado de protección – en línea con la estrategia de comercialización de la compañía – y en el mantenimiento de estos derechos de manera eficiente y eficaz, con el objetivo de permitir beneficios económicos en el corto, medio o largo plazo.
Sin una gestión adecuada, la entidad propietaria del conocimiento puede pasar por alto sus activos de PII o su valor o beneficios e, incluso, puede exponerse a riesgos innecesarios, perdiendo la ventaja competitiva que tiene, frente a sus competidores.
En este contexto, cualquier compañía u organización debe actuar con el objetivo de identificar periódicamente la PII que sostiene y su estado de protección, así como verificar la necesidad de crear nuevos activos intangibles.
Debe también decidir la mejor manera de protegerlos y el uso futuro previsto para los mismos: vender, licenciar, usar internamente o, incluso, ofrecer al público, de forma gratuita.
Además, y para maximizar su inversión, la compañía u organización tiene que evaluar y decidir si debe mantener la actual estrategia de protección de PII, o adoptar una diferente, que más se adapte a sus necesidades y / o a los objetivos de negocio.
Los Sistemas de Gestión de la PII surgen, en este contexto, como guías fáciles de usar, sencillos y eficaces, que permiten a las entidades gestionar, de manera eficiente y estratégica, el conocimiento que producen internamente, promoviendo su propio enriquecimiento científico orientando los resultados de investigación, en el sentido de su protección y valorización.
Estos sistemas tienen la finalidad de garantizar una protección adecuada de los conocimientos generados en el transcurso de las actividades o proyectos y productos de la compañía, definiendo los procedimientos adecuados para su análisis, comunicación, evaluación y documentación.
Por lo tanto su importancia es, cada vez más relevante, porque cuanto mayor es la sensibilidad de la compañía u organización del valor del conocimiento que produce – así como la correcta comprensión de las medidas legales disponibles para asegurar su protección – más alta será su capacidad para crear un patrimonio intelectual sólido, que mejorará la imagen y reputación en el sector empresarial en lo que opera, aumentando, en consecuencia, su valor.