Tras meses de discusión, Congreso de EE. UU. finalmente aprobó proyecto de ley sobre robo de propiedad intelectual por parte de China.
La lucha entre Estados Unidos y China está viviendo un nuevo capítulo, luego que el presidente de la Casa Blanca anunciara el establecimiento de nuevas restricciones a la inversión, lo que incluiría a sus mayores socios comerciales, entre ellos el gigante asiático, dando un nuevo peak a la guerra comercial entre ambas potencias mundiales.
En consideración a lo que el gobierno estadounidense considera “prácticas injustas” de China en el comercio y acceso a los mercados, el 1 de agosto pasado, el Senado americano dio el “vamos” a la Ley de Autorización de Defensa Nacional, proyecto de ley sobre robo de propiedad intelectual de USD 716 mil millones que busca controlar las inversiones del China en su nación, y al mismo tiempo, mantener una base industrial resistente y fuerte en la manufactura y defensa.
La iniciativa legal incluye reformas al Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS), cuyas medidas de protección afectan temáticas tan relevantes como exportaciones y transferencia tecnológica fuera del país, adquisiciones de empresas de tecnología industrialmente significativa dentro del mercado norteamericano, y aranceles sobre productos que van desde aluminio hasta automóviles, entre otras.
Según consigna la prensa especializada, desde Estados Unidos acusan a China de crear un régimen para tomarse sistemáticamente la propiedad intelectual de su país. En efecto, los americanos hablarían no sólo de un robo cibernético “sistemático”, sino también del despliegue de estudiantes en todo Estados Unidos, como también a través del capital de riesgo. Por su parte, China afirmó haber solicitado a Washington “dar una mirada objetiva a las actividades comerciales de empresas chinas” y que les “procuren un entorno equitativo, favorable y previsible para sus inversiones”