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Y es que a lo largo de la historia, las mujeres han sido creadoras de grandes y revolucionarios inventos dando una solución concreta a problemáticas del día a día. Solo por nombrar algunos, la cerveza, la escalera contra incendios, el pañal desechable, el lavavajillas, el primer tratamiento contra la leucemia, la base del WiFi, el primer corrector, cristales anti reflectantes, la tela de los chalecos antibalas, el limpiaparabrisas, y así, podríamos continuar con muchos más.

Sin embargo, más allá del alto valor innovador y creativo que poseen, lo cierto es que en la actualidad su participación sigue siendo menor. Según la Organización Mundial de Propiedad Intelectual, las mujeres aparecieron en menos de un tercio (30.5%) de todas las solicitudes internacionales de patentes y, a partir de las tasas actuales, la paridad de género en el uso del sistema solo se alcanzaría en 2076.

¿Qué pasa con el emprendimiento? A pesar que se mantiene la dinámica de mayor participación masculina, la tasa de supervivencia de proyectos es más favorableen las mujeres.

Es importante destacar que tanto en Chile como en el mundo, es cada vez más recurrente ver instancias de apoyo para lograr una mayor participación de la mujer tanto en innovación como emprendimiento, a través de premios y fondos concursables de universidades, empresas y organizaciones públicas.

Un desafío del que nadie se puede restar y en el que aún queda mucho por trabajar, en especial en materia de educación. ¿Cómo? motivando una mayor incorporación de mujeres en carreras científicas, tecnológicas, matemáticas y técnicas, y dándole mayor visibilidad a aquellas que trabajan diariamente por generar soluciones innovadoras.