Innovadores y creadores, hombres o mujeres, transforman el mundo gracias a su imaginación y nuevas formas de saber hacer. Sin embargo, es un hecho que las mujeres siguen estando menos representadas en muchos ámbitos de la innovación y propiedad intelectual y industrial.
Si bien a nivel general se avanza en la dirección adecuada y hoy podemos celebrar muchas conquistas y éxitos, es necesario redoblar esfuerzos para contar con la contribución de mujeres en todo el ciclo de la innovación, desde la producción científica hasta su transferencia al mercado y monetización. Esta preocupación es discutida a nivel político, social o económico y un tema incluido en muchas agendas internacionales.
Según el Eurostat, España es el tercer país de la UE-27 con más científicas y el quinto con una mayor paridad entre mujeres y hombres dedicados a la ciencia. Pero hay oportunidades de mejora. Una de las más urgentes que atender es que la presencia femenina en carreras técnicas sea todavía del 30%.
En la situación actual de pandemia se ha reconocido el papel que las mujeres han asumido en la primera línea de la crisis, sea como personal sanitario, madres, investigadoras; como líderes y gestoras, con inteligencia organizacional, capacidad de negociación y una visión eficaz en la lucha contra el virus. Pero como recordó la ONU el pasado 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la crisis global ha tenido también un impacto muy negativo para las mujeres en este ámbito, dificultando el acceso y crecimiento profesional de aquellas mujeres que se encontraban en las etapas iniciales o más tempranas de sus carreras, lo que contribuye al ensanchamiento de la brecha de género ya existente en ciencia.
Por su parte, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), analiza cada año la participación de las mujeres y sus contribuciones en el terreno de la investigación e innovación. Gracias a sus estadísticas anuales sabemos que hay todavía pocas mujeres con el estatus de inventoras en las solicitudes de patentes. Según los últimos datos publicados por la OMPI en 2020, sólo un 18,7% de todos los inventores enumerados en solicitudes PCT durante 2019 fueron mujeres.cAproximadamente el 34,9% de las solicitudes PCT nombra al menos una mujer como inventora en ese año, frente al 94,1% de las solicitudes que nombran a hombres. Ambos indicadores han crecido de manera sostenida en los últimos años, pero aún están lejos de las cifras deseables.
Es interesante saber que la presencia femenina en patentes internacionales destaca en China (32.4%), Corea (27.3%) y Australia (19.9%). También el hecho de que las ramas tecnológicas con mayor número de mujeres inventoras sean la biotecnología (31%) y pharma (30,4%), frente a otras de carácter más técnico.
Desde el ámbito de la innovación y la Propiedad Industrial e Intelectual, nos queda mucho camino aún por recorrer en este sentido, si bien contamos con el potencial para hacer frente a este enorme reto. Gobiernos e instituciones de todo el mundo son conscientes y reconocen la necesidad de estimular la presencia femenina en ciencia y fomentar su participación de forma plena y equitativa, por lo que sería esperable un cada vez mayor estímulo desde el sector público. También es un hecho que desde el sector privado tenemos el compromiso para seguir trabajando en esta dirección, tanto en materia de presencia femenina en puestos de responsabilidad como de políticas internas para estimular el crecimiento profesional de las mujeres. El apoyo a la visibilidad pública de mujeres en el mundo de la innovación y la PII, no sólo el a nivel científico, pero también económico, también es un compromiso que asumimos tanto desde el sector privado como el público.
Nos encontramos ante un momento histórico único para hacer frente a este reto. La pandemia no ha hecho sino poner la ciencia y la tecnología en el centro de todo, si a alguien le cabía alguna duda. Por eso hombres y mujeres, lado a lado, deben luchar con un mismo objetivo, contribuyendo de forma igual en las mismas condiciones, con las mismas oportunidades.
Lograr una representación equitativa en este ámbito es un reto de todos, no sólo como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (OSD), sino como una responsabilidad que no podemos dejar de atender, más aún en las circunstancias actuales: el mundo necesita, hoy más que nunca, que todo el talento disponible tenga su oportunidad florecer. No podemos permitirnos que el género sea motivo de que parte de ese talento se pierda.