“Don’t Think of an Elephant” “Don’t Think of a Patent Troll”. Con el permiso de George Lakoff hemos traslado su conocido libro “no pienses en un elefante” al mundo de las patentes, en concreto al debate europeo sobre las patent trolls, donde una obsesión, en mi opinión, poco reflexiva sobre esta figura, está dejando en la sombra la verdadera importancia de las denominadas “Non Practice Entities”.
Pongamos en contexto esas dos figuras que hemos anotado.
Patent Trolls
Por un lado tenemos la figura de las “patent trolls”, denominando así a los casos de licenciantes oportunísticos, figura más conocida e incluso de moda por lo que creo no merece más explicación, pero… ¿novedosa?.
Como en otras facetas de la vida la historia siempre se repite, y lo que hoy es el fenómeno de las “patent trolls” en el segundo tercio del siglo XIX en USA fue el de los “patent sharks”. Si hoy se centran en el sector TIC, en aquel entonces se centraron en el área del ferrocarril y los instrumentos agrícolas.
Y ambas nacieron al calor de cambios normativos que crearon resquicios legales donde era posible obtener beneficios con actividades oportunísticas, permitiendo que el coste de tener una patente y hacerla ejecutar ante un tribunal, con o sin razón, era ínfimo con el beneficio que se podía tener.
Justo en Europa nos encontramos en medio de un intenso debate para recalibrar el sistema, y el coste de las patentes y la eficiencia de los tribunales son dos de los temas clave, por suerte no nos encontramos ante un “Nuevo Mundo” por descubrir y el estudio de estas experiencias pasadas nos pueden traer grandes lecciones.
¿Por cierto saben cómo se solucionó el problema con las “patent sharks”? merece otro blog.
“Non Practice Entities”.
Por otro lado tenemos la figura de las “Non Practice Entities” (NPEs), aunque no nos sea tan familiar el término, lo es, ya que así se denominan a las compañías o entidades que tienen patentes pero no usan su tecnología directamente para producir bienes o servicios, siendo productores de conocimiento (universidades, inventores particulares,..) o intermediarios (agentes de propiedad industrial, brokers especializados, fondos de inversión..).
Especialmente en Estados Unidos han jugado un gran papel y figuras veneradas como Edison o Goodyear forman parte de este ejército de inventores que sobrevivieron gracias a la comercialización por terceros de su tecnología.
Además debemos anotar el avance cualitativo que supuso la promulgación en 1980 de la ley Bayh-Dole en Estados Unidos que, entre otras cosas, permitió y fomentó que los grupos sin ánimo de lucro que se nutrían de fondos federales pudieran tener patentes y comercializarlas. (Esta ley tuvo una gran influencia sobre otras legislaciones, siendo la primera “ley de la Ciencia” española de 1986 una de las pioneras en recoger este espíritu).
El análisis global de la figura y sobre todo el modo de actuar en el mercado de las “Non Practice Entities” debería merecer una especial atención en Europa, ya que además parece que está tomando una importante relevancia económica en el contexto internacional, así tanto el Banco Central de Japón como US Bureau of Economic Analysis (por desgracia no hemos encontrado ningún estudio europeo de mención) han anotado en algunos de sus últimos informes sobre el estudio de balanzas de pagos de royalties, lo que ellos creen puede ser el nacimiento de un “mercado puro de conocimiento” y que en gran medida se puede achacar al desarrollo de las “Non Practice Entities”.
Pero volviendo al título del blog, en mi opinión, hay un claro peligro en sobreponderar en el debate europeo la figura de moda de las “patent trolls”, con especial fascinación por sus efectos perniciosos, y vemos que apenas si tienen eco en Europa los autores, que los hay, que minimizan e incluso ven aspectos positivos en estas conductas.
Independientemente de estar de acuerdo o no con estas conductas, insisto, oportunísticas, el problema es que este debate ha eclipsado a otras realidades tanto o más interesantes como las “Non Practice Entities”, y peor aún, muchos han extendido el término peyorativo de las “Patent trolls” al modus operandi de estas últimas.
Si en Europa vamos a recalibrar el sistema es imprescindible abordar previamente un proceso de reflexión serio y meditado, esta inflación de debate sobre las “patent trolls” que estamos viviendo en Europa podría convertir a las “Non Practice Entities” en su víctima colateral y que perdamos el tren de este nuevo “mercado puro de conocimiento”.