El nuevo proceso de oposición implementado en México no debe verse como una amenaza para los solicitantes, sino como un apoyo para los examinadores mexicanos en la evaluación de las solicitudes de patente.
Hasta hace poco tiempo, el procedimiento de oposición en la tramitación de patentes en México, resultaba algo extraño, poco común. En otros países como Costa Rica, Guatemala, Perú y Chile, por mencionar solo algunos, es un recurso comúnmente utilizado para someter cualquier información que el examinador considere pertinente para evaluar con acierto la patentabilidad de una invención.
Con la entrada en vigor de las reformas a la Ley de la Propiedad Industrial en México en el año 2010, surge la posibilidad de que terceros que tengan un interés jurídico, puedan presentar alegatos y documentos con el fin de demostrar a la autoridad, en este caso el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, que una solicitud de patente no merece ser concedida.
A diferencia de los procedimientos en la región europea, donde la oposición puede ocurrir después de la concesión, en América Latina este recurso se presenta antes de que la solicitud se turne a un profundo examen. En México, el plazo de presentación por parte de terceros comienza con la publicación de la solicitud en la gaceta oficial y termina seis meses una vez se encuentre en funcionamiento la misma.
Ya presentada la oposición, el Instituto lo comunicará al solicitante, quien podrá contestar o no a dicha resolución. Es importante mencionar que el trámite de la solicitud no se suspende ni se retrasa con la presentación de ésta. Además, es conveniente mencionar que el sólo hecho de presentar una oposición no da al opositor ningún derecho a acceder al expediente en cuestión. En caso que la patente se conceda, el opositor no puede apelar dicha decisión, aunque sí puede presentar un recurso de nulidad para demostrar que el registro se otorgó indebidamente y si procede, revocarlo.
Además de lo dicho anteriormente, cabe destacar la posibilidad de que el tercero que presenta un recurso de oposición actúe bajo un interés propio y no permitir que el solicitante obtenga el monopolio de un determinado invento así poder comercializar su producto con plena libertad.
Para evitar dicha situación, la implementación de este recurso funcionará como una herramienta de apoyo para los examinadores mexicanos, ya que ahora contarán, además de con los exámenes de fondo realizados por ellos mismos y los realizados en el extranjero, con información útil provista por otros en un momento concreto y así agilizar su trabajo además de apoyar la determinación con de si una invención cumple con los requisitos de novedad y actividad inventiva requeridos.
En conclusión, con el recurso de oposición se busca que, en el terreno de la propiedad industrial, haya una democracia que proporcione libertad para opinar si una invención merece ser concedida suponiendo un claro beneficio para todos.