Históricamente, la Propiedad Intelectual y la problemática del medio ambiente tienen un común denominador: la Revolución Industrial. Esta gran época de industrialización, producción y auge económico mundial fue un parteaguas para ambas disciplinas.
Por un lado, a pesar de que la protección de marcas y patentes surge antes de esta época, se evidencia la creación de regulaciones y legislaciones de Propiedad Intelectual en las naciones industrializadas y por el otro, empieza el aumento acelerado de consumo de combustibles fósiles para principiar con muchos de los impactos ambientales negativos sobre el planeta.
Casi tres siglos después, la Propiedad Intelectual y el medio ambiente dejan de ser fuerzas repelentes para convertirse en una sumatoria de fuerzas. Hoy en día, las nuevas tecnologías “verdes” son imprescindibles para contrarrestar los impactos ambientales resultado de las actividades humanas (antropogénicos).
Los impactos ambientales sobre el agua, la atmósfera, el suelo y el clima derivados de las actividades humanas fueron durante muchos años ignorados, generando consecuencias graves e irreversibles como el cambio climático, actualmente considerado como una de las mayores amenazas para el hombre. No obstante, sumado a la capacidad histórica de regeneración de la tierra se encuentran:
Herramientas nacionales y mundiales de política ambiental (p.ej. En México, la nueva Ley de Cambio Climático)
La química verde
La prometedora revolución energética
La Propiedad Intelectual, por mencionar algunas, como herramientas de apoyo para el medio ambiente.
La Propiedad Intelectual se perfila como una de las herramientas de mayor utilidad para frenar el cambio climático por estar directamente relacionada con la creación de nuevas tecnologías. La inversión, protección, comercialización, difusión o licenciamiento de dichas tecnologías y técnicas limpias son puntos críticos para la mitigación del calentamiento global y a la vez una gran área de oportunidad económica para el sector privado.
En palabras de Francis Gurry, presidente de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) “La innovación es la clave para evitar que se agoten los recursos del planeta. Ha llegado la hora de concentrarnos en dominar y aprovechar las nuevas fuentes accesibles de energía, como el viento y las mareas, la energía solar y la geotérmica. Nuevas variedades vegetales están siendo desarrolladas para que resistan la sequía y las inundaciones. Los nuevos materiales que no dañan el medio ambiente nos ayudarán a construir un mundo más sostenible”.
La OMPI, máxima autoridad de Propiedad Intelectual, contribuye con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la siguiente manera (http://www.wipo.int/about-wipo/es/climate_change_conf_09.html):
Foros y debates Internacionales de Propiedad Intelectual y transferencias de tecnologías.
Acceso a base de datos de patentes y creación de bases específicas sobre tecnologías verdes. El desarrollo del Inventario de la Clasificación Internacional de Patentes “verdes” (IPC Green Inventory) contribuye de manera directa con este punto.
Asesoramiento sobre gestión, transferencia y resolución de controversias sobre tecnologías limpias.
Sumado a los esfuerzos de la OMPI, varias Oficinas Nacionales de Patentes alrededor del mundo han incentivado y priorizado (en términos de tiempo en solicitud y concesión) a las patentes “verdes” sobre las demás. Aunque las solicitudes bajo el proceso de aceleración aún no se encuentra trabajando correctamente, este sistema ofrece ventajas al poder comercializar las tecnologías desarrolladas y vender licencias en periodos de tiempo más cortos. Adicional a las patentes “verdes”, también existen y se promueven las marcas “verdes”.
Los recursos naturales de la Tierra son finitos. Es necesario adoptar un cambio hacia un modelo sostenible que nos permita simplemente sobrevivir como especie. Los puntos clave para esto están en la conciencia ecológica personal y el impulso y desarrollo de las políticas ambientales a nivel nacional e Institucional como las realizadas por la OMPI para la reducción de impactos ambientales antropogénicos y mitigación del cambio climático.