La participación de la Dra. Mónica Alandete-Saez en uno de los desayunos organizados por la Cátedra UPM-Clarke, Modet & Cº nos ha dado la oportunidad de hablar con ella sobre temas relacionados con la Innovación y la Transferencia de Tecnología. Alandete-Saez es “Director of Analysis & Outreach” de PIPRA (Universidad de California Campus Davis) (www.pipra.org)
Sus cursos de capacitación y servicios de asesoramiento se han convertido en referentes en el área de la Propiedad Industrial e Intelectual, por ello, y aprovechando que asiste como ponente a una de las charlas coloquios organizada por la Cátedra UPM – Clarke, Modet & Cº, le hemos pedido que nos hable de los Modelos de Transferencia de Tecnología.
Mónica, bienvenida a Clarke, Modet & Cº. Es un placer tenerte aquí con nosotros y disfrutar de una de tus ponencias sobre Transferencia de Tecnología y Propiedad Industrial e Intelectual. Sabemos que, aunque llevas mucho tiempo viviendo en el extranjero, naciste en Valencia.
Si, nacida en Valencia. Empecé mi andadura por el extranjero cuando acabé la carrera. Antes de ir a Inglaterra, disfruté de una beca Erasmus en Oslo. Después de eso, la CAM me concedió una beca para hacer un master en biotecnología vegetal y al terminar, conseguí otra beca para hacer un doctorado.
Podemos ver que tienes una intensa educación académica en torno a la Propiedad Industrial e Intelectual pero, ¿en qué te especializaste?
Soy científica de formación. Hice el doctorado en Inglaterra y me fui a EEUU a hacer un post doctorado. Me especialicé en Transferencia de Tecnología después de definir mi perfil profesional técnico. En EEUU, la gente que entra a trabajar en propiedad intelectual o en transferencia de tecnología, necesita tener una formación sólida técnica, ya sea en el área biotecnológica, agro o ingenierías, etc..
Ahora vives en California, y trabajas en PIPRA (Universidad de California Campus Davis), como “Director of Analyses & Educational Outreach”. Cuéntanos, ¿qué es PIPRA y a qué se dedica?
Es una Organización sin Fines de Lucro que tiene su base en el campus de la Universidad de California Davis. Tenemos como misión apoyar nuevas tecnologías originadas en instituciones públicas del sector BIO-agro para facilitar su comercialización.
En nuestros orígenes, como agencia sin fines de lucro, estábamos más enfocados en tecnologías con aplicaciones en países en desarrollo, pero con el tiempo, ahora, además de apoyar proyectos humanitarios, también trabajamos con Gobiernos, fundaciones privadas y empresas.
Nosotros trabajamos más con el sector público. Damos apoyo a universidades públicas. En EEUU, la mayoría de nuestros proyectos se financian con fondos gubernamentales o fundaciones privadas; frecuentemente también vamos a África o Latinoamérica para capacitar a Instituciones Públicas que no tienen estructura, formación, visión necesaria para realizar trasferencia.
Con la empresa privada, a veces, lo que hacemos es facilitar la creación de acuerdos con terceros; actuamos como facilitadores a la hora de poner a diferentes actores en contacto para que el acuerdo se lleve a cabo.
Normalmente, damos servicio a Instituciones Gubernamentales o de Administración Publica y les ayudamos a dialogar con el sector privado porque tenemos el conocimiento suficiente para llevar a cabo estos contratos.
Disponer de una innovación que sea patentable, ¿te asegura una rentabilidad económica?
El hecho de tener una patente no te asegura que vayas a rentabilizarlo económicamente. La patente te da un derecho de excluir a otros de forma temporal de esa tecnología para así poder explotar exclusivamente, pero en el caso de las universidades, éstas deben encontrar un socio que esté interesado en ponerla a punto.
Normalmente, se hace de forma temprana, para poder explotarla, venderla y ganar dinero. La universidad transfiere y delega la responsabilidad de comercializar, pues comercializar no es su misión sino generar y promover el conocimiento, además de dar un beneficio social.
Hay que entender las etapas de la transferencia y el rol del sector privado para que sea exitosa. Si tú licencias una tecnología con mucho potencial a una compañía que no tiene los recursos o capacidad para comercializar, no estás haciendo absolutamente nada, estás perdiendo esa tecnología en el camino.
Por tanto, el rol de la oficina de transferencia en la universidad es identificar al inversor privado que realmente va a llevar ese producto al mercado.
¿Es posible que las universidades y centros de investigación tengan unas expectativas demasiado elevadas del rendimiento de patentes de sus invenciones? ¿Hay expectativas reales que no son fáciles de cumplir, especialmente, económicamente?
Cuando organizamos talleres en Latinoamérica, intentamos mandar el mensaje de que transferir tecnología no es la panacea y que la realidad es que no se van a “enriquecer” gracias a ello. No es esa la función o misión de la Transferencia de Tecnología.
El objetivo sin embargo es transferir tecnologías para el beneficio de la sociedad, ya que ellos pueden acceder a ellas al estar disponibles en el mercado, que han sido generadas en universidades con financiación pública.
La empresa también se beneficia al licenciar unos servicios o tecnologías generadas en la universidad, pues van a poder comercializar y obtener beneficios con su venta. Sin embargo, un porcentaje de esas ventas pasarán como regalías a la Universidad, las cuales podrán ser reinvertidas en programas de investigación que formen estudiantes y difundan información.
Una vez que una universidad, por ejemplo, licencia una patente, ¿puede hacerlo de forma exclusiva?
Licencias exclusivas o no exclusivas en función de cuál es la tecnología. A veces, su aplicación en el mercado es tan amplia que la Universidad puede causar un mayor impacto positivo en la sociedad a través de una licencia «no exclusiva».
Esta licencia permite que varias compañías puedan comercializarla en contraposición de la «licencia exclusiva» a una única empresa. Depende entonces de la estrategia que se diseñe y se vaya a llevar a cabo.
Mañana comienza en Málaga la III Edición del Foro Multisectorial TRANSFIERE. Sabemos que el año pasado asistió como invitada ponente. ¿Cuál fue su impresión?
Me pareció estupendo. Es la forma de atraer a los diferentes actores a un evento donde se facilita el diálogo y promueven las colaboraciones para llevar los productos al mercado. Se cubrieron muchos tópicos y hubo mucha presencia, incluso internacional, con diferentes modelos europeos.
En esta II edición de Transfiere se apuesta por la comercialización con empresas procedentes de Latinoamérica.
Latinoamérica está creciendo mucho. Hasta hace poco no adoptaban ni aceptaban la Propiedad Industrial como mecanismo de innovación, pero están abriendo miras y se están dando cuenta de que hay que utilizar la Propiedad Industrial de forma estratégica para atraer inversores internacionales y nacionales y así promover el crecimiento económico. Tiene mucho sentido que España preste atención a estas economías emergentes.
Hay que entender que el sector privado no va a estar interesado en licenciar Propiedad Industrial e Intelectual generada en las universidades si no tiene la confianza de que la estructura legal del país los va a apoyar, si realmente van a tener la exclusividad y no van a estar copiados por otros.
Si existe la posibilidad de que terceros copien tecnologías patentadas sin repercusiones legales, es improbable que la empresa privada vaya a a hacer esa inversión, porque van a perder dinero.
Si tuviera que citar los sectores que invierten más en Propiedad Industrial e Intelectual y apuestan en mayor medida por la Transferencia de Tecnología, ¿cuáles serían?
Depende de cada país. Según mi experiencia, las ciencias más aplicadas son las que tienen más facilidad para comercializar productos. Yo siempre pienso que hay tres ramas:
Ingenierías, como las mecánicas o electrónicas
Tecnología de la información, como puede ser el software
Biotecnología, mercado con gran demanda en EEUU
Vamos a intentar visionar el futuro de la Transferencia de la Tecnología, ¿cómo cree que las empresas irán afrontando este campo?
Estoy convencida de que la buena gestión de la Propiedad Industrial e Intelectual es una herramienta muy poderosa para promover la innovación y el crecimiento económico.
Está probado que el rol de la universidad pública o las instituciones públicas de investigación puede ser muy importante en cuanto a innovación se refiere. En algunos países como EEUU, o estados como California concretamente, la transferencia de tecnología y la creación de asociaciones público-privadas es una parte fundamental en la economía de la región.
Es solo cuestión de tiempo que muchas de las economías mundiales se den cuenta de que en lugar de ser un mecanismo negativo a la hora de proveer innovación, es positivo. Y se pongan manos a la obra para crear la cultura, tener la infraestructura, personal capacitado y las leyes todos los mecanismos que la facilitan y la hacen posible.
Por último, el emprendimiento. Emprender es fomentar la I+D+i… ¿qué opinión le merece?
La cultura americana es muy proactiva. Promueve el que los estudiantes, la gente joven y los profesores de Universidadesque creen nuevas empresas, es decir que se conviertan en emprendedores.
La cultura americana no reconoce como algo negativo que alguien tropiece o falle durante el camino sino que, en su lugar, lo ven como algo positivo siempre que aprendas de los errores cometidos. Es una experiencia que vas a utilizar en tu próxima etapa para mejorar.
Si decides crear una empresa y por alguna razón sale mal, cosa bastante común, la cultura en EEUU no te estigmatiza. En países latinoamericanos o España, si fallas, eres un “looser”, estás estigmatizado.
La cultura de EEUU apoya la visión de que es probable que tengas varios intentos fallidos antes de conseguir el éxito. Esta cultura y forma de pensar promueve la actitud positiva del emprendimiento.
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