En los últimos 15 años ha habido un marcado incremento en el número de empresas que se han convertido en líderes sectoriales a través de la creación y gestión de sus patentes y marcas. En la actualidad estos activos representan hasta un 75% del valor de la empresa. La valoración de patentes y marcas es necesaria tanto en ciclos de bonanza como en momentos de crisis ya que el impacto económico de estos activos es fundamental para la empresa, especialmente para aquellas de capital débil donde la participación de la propiedad industrial en el activo total de la organización es aún más significativa.
La propiedad industrial en forma de tecnología patentable, marcas y diseños son activos de una empresa, y como tal, son objeto transferencia al igual que un inmueble o cualquier otra propiedad de una compañía.
La gran diferencia reside en que la propiedad industrial es definida como un activo intangible con características inherentes que hacen complejo estimar su valor. En la actualidad, el método utilizado por la gran mayoría de expertos es el de “Royalty Relief”. Este método calcula el ahorro que supone ser propietario de un activo y no tener que licenciarlo en el mercado para su uso.
Si la propiedad industrial es estratégica en la construcción de valor para los accionistas de grandes empresas multinacionales, en el caso de empresas de nueva creación con capital débil la importancia de la propiedad industrial y su participación en el activo de la empresa en general es aún más significativo. A menudo, el único activo de una organización es su propiedad industrial por lo que es necesario conocer su valor con el objetivo de maximizar su rentabilidad.
El valor de los activos intangibles representa hasta un 75% del valor de la empresa. El sector de las telecomunicaciones y bienes de consumo es consciente de ello, por lo que la gestión de sus patentes y marcas es especialmente activa. Otros sectores como el de la energía, la comunicación o la industria han tenido que empezar a apostar por sus activos intangibles para incrementar así su rentabilidad.
La necesidad de determinar el valor de una patente o marca viene exigida por factores tanto internos como externos, entre los que se encuentran:
Financiación de planes de desarrollo: las empresas pueden ofrecer sus activos de propiedad industrial como garantía para la obtención de un crédito (“Colateral”)
La financiación a través de fondos de capital de riesgo es una fuente importante para muchas empresas, más aún para aquellas basadas en el conocimiento. Cuando estos fondos toman decisiones acerca de la posible inversión y los riesgos asociados, deben tener claro el valor y la viabilidad comercial del activo
Cubrir necesidades de liquidez mediante la venta o la licencia de un activo intangible que no suponga el “core business” de la empresa
La gestión de la cartera de patentes es una herramienta para identificar oportunidades y factores de riesgo como pueden ser mercados emergentes o la aparición de tecnologías sustitutivas
La valoración de activos puede ser un instrumento de ayuda a empresas en liquidación. La empresa podrá vender sus activos a valor de mercado a otras empresas del sector o empresas interesadas en ampliar y diversificar sus actividades
La evaluación de la propiedad industrial es necesaria en caso de violación de los derechos de propiedad industrial o de incumplimiento de contrato
En concurso de acreedores: La vigente ley concursal de 2003 exige la utilización del valor de mercado para establecer el valor de cada elemento de la masa activa patrimonial.
En definitiva, en un mundo cada vez más competitivo, globalizado y en constante evolución tecnológica, la gestión óptima de los recursos implica conocer en profundidad la capacidad y el valor de los activos intangibles para maximizar su valor.