Albert Einstein decía que «la mente que se abre a una nueva idea nunca vuelve a su tamaño original.» Del mismo modo, una sociedad, después de experimentar y adoptar una innovación, jamás querrá volver – o acostumbrarse a – vivir sin ella
La innovación se entiende como algo nuevo, que después de haber sido diseñado y desarrollado, llega al mercado de consumo transformándose, por tanto, en algo accesible al público en general. Siendo así, se trata de un producto o proceso de aplicación industrial que proviene de la capacidad creativa de la mente humana, en busca de una solución a un problema técnico conocido o identificado.
Así, el alemán Karl Benz, frente a la observación de las dificultades y los retrasos de los desplazamientos humanos entre puntos distantes, desarrolló un vehículo de tres ruedas que fue el precursor del vehículo con motor de combustión interna. Algún tiempo después, el norteamericano Henry Ford desarrolló el modelo de cuatro ruedas, conocido como Ford Model T que popularizó el automóvil, revolucionó la industria automotriz mundial y actualmente facilita la vida de millones de personas.
Otra innovación que benefició en gran medida la vida de los seres humanos fue desarrollado por Thomas Edison también a finales del siglo XIX: se trata de la lámpara incandescente – un artículo relativamente simple hoy en día, pero que causó (y sigue causando) impacto enorme en nuestra vidas, como señaló CIRIACO (2013) [1].
La sociedad se vió afectada en gran medida también por otra innovación que ahora se ha convertido casi en un artículo de primera necesidad: el teléfono, la creación del escocés Alexander Graham Bell.
Esta innovación ha “reducido distancias,» facilitando las comunicaciones en gran medida entre las personas, además de haber sido la fuente de inspiración de una pluralidad de otras tecnologías que conviertieron la comunicación hablada y visual a distancia y en tiempo real en algo accesible e indispensable para el hombre.
Hay que recordar, sin embargo, que no sólo las innovaciones que involucren alto nivel tecnológico traerán una gran facilidad a la vida diaria, y un ejemplo es el contenedor para lavar el arroz – invención de la brasileña Therezinha Zorowich. Alimentos, bebidas, medicamentos, utensilios, equipos y muchos otros productos que se consumen en gran escala hoy en día también son el resultado de procesos innovadores o son, ellos mismos, innovaciones que traen muchos beneficios y comodidad a nuestras vidas.
Un punto común entre la mayoría de estas innovaciones es el uso del sistema de propiedad intelectual (PI) y, más concretamente, de las herramientas de propiedad industrial – especialmente patentes. Haciendo referencia a los ejemplos anteriores, Karl Benz presentó la solicitud de patente para su vehículo de tres ruedas en 01.20.1886; Thomas Edison lo hizo para la lámpara incandescente en 27/01/1880; Graham Bell patentó el teléfono en 1876 y la brasileña Therezinha Zorowich depositó la solicitud de patente del lavador de arroz en 1959.
La verdad es que mucho se habla sobre innovación, pero la contraparte no es cierta cuando se trata de PI. Sin embargo, es muy importante entender que la innovación se relaciona directamente con los activos de PI – en particular las patentes, como se ve en los ejemplos anteriores – dado que, utilizados correctamente, son ellos los que pueden dar a las mentes y / o instituciones creativas (i) el justo reconocimiento de la autoría y / o la titularidad de los frutos de su esfuerzo intelectual, (ii) la posibilidad de obtener el merecido retorno financiero de las inversiones dedicadas a las actividades intelectuales y productivas que condujeron a la innovación, y (iii) la motivación para la continuidad de la investigación que pueden dar lugar a nuevas innovaciones.
Por lo tanto, el uso estratégico de las herramientas de protección de PI, y más específicamente, la propiedad industrial – que incluye patentes, diseños industriales, marcas, indicaciones geográficas y la represión de la competencia desleal – da a los creadores y / o los titulares la posibilidad de impedir que terceros, sin su consentimiento, produzcan, usen, oferten para la venta, vendan o importen el objeto de protección, dándoles así un período predeterminado de exclusividad durante el cual se permite la posibilidad del retorno de las inversiones gastas y, por eso , se obtiene una motivación adicional para que las mentes creativas sigan buscando soluciones a los diversos problemas.
En referencia a los ejemplos citados al principio de este artículo, es de destacar que Henry Ford presentó unos 161 patentes en los Estados Unidos, y Thomas Edison también tenía una actividad de patentes muy significativa con respecto a los temas relacionados con la electricidad, lo que le llevó a depositar aproximadamente 424 patentes sobre el tema – ya patentar un total de 1093 invenciones de diversos procesos y equipos de tecnologías relacionadas[2].
Además, es evidente que la sociedad está doblemente beneficiada por el sistema de patentes, ya que no sólo estimula las mentes geniales para desarrollar y hacer llegar a sus manos nuevos productos y procesos innovadores que terminan haciendo su vida más simple y práctica, sino que también les legue la revelación completa de la invención, lo que permite que cualquier persona con experiencia ordinaria en dicha tecnología pueda, después del final de la duración de la patente, reproducir en su totalidad el contenido del documento de patente y, por lo tanto, disfrutar libremente del conocimiento allí revelado.
¡Para los inventores, el uso del sistema de PI también muy es extremadamente beneficioso y, especialmente, estratégico porque además de las ventajas ya mencionadas (en particular, la posibilidad del retorno de la inversión), todavía da al innovador un estatus que le puede dar una gran ventaja competitiva, ya que, recordando Steve Jobs: «la innovación es lo que distingue a un líder de un seguidor”!
[1] CIRIACO, Douglas. 10 invenções de Thomas Edison que ainda utilizamos hoje. TecMundo, 06/11/2013. Disponible en < https://www.tecmundo.com.br/invencao/46323-10-invencoes-de-thomas-edison-que-ainda-utilizamos-hoje.htm>. Acceso el 23/04/2017. [2] Según informaciones de la página Library of Congress del gobierno de los Estados Unidos de América. Disponible en