Con el mundo más competitivo, existe una creciente búsqueda de diferenciación en productos y procesos por parte de empresas e inventores, quienes buscan aumentar su desempeño, aumentar la productividad y las ventajas competitivas (como resultado de los activos tangibles e intangibles), lo que conduce a la constante necesidad de cambios tecnológicos a través de la innovación.
Así, ante el mercado globalizado, las empresas están prestando atención a sus activos intangibles, con el uso adecuado de las patentes como instrumento competitivo. La propiedad intelectual, así como las leyes de patentes, se considera uno de los vehículos regulatorios más importantes que promueven la innovación tecnológica.
Con base en la Ley de Propiedad Industrial (LPI), una patente puede definirse como un instrumento legal que protege una invención resultado de un gran esfuerzo de investigación y desarrollo por parte de una empresa o de un investigador en el desarrollo de nuevos productos y procesos tecnológicos, convirtiéndola en un inversión segura, rentable y legítima.
Cuando pensamos en innovación y tecnología, es inherente pensar también en Ingeniería de Materiales, ya que uno de los sectores en los que está muy presente es el sector de Investigación y Desarrollo, siendo considerada ingeniería multidisciplinaria y encargada de investigar y estudiar materiales como los metales, cerámicas, plásticos y resinas para la industria y también posibles mejoras técnicas en sus propiedades para aplicarlas según las necesidades, utilizando solo una de ellas o haciendo una combinación de propiedades, como materiales compuestos, para crear algo nuevo.
Además, con los indicios de las consecuencias del calentamiento global que se observan en la actualidad, la preocupación por la sostenibilidad se hace presente en el área de la ingeniería de materiales, a partir de la necesidad de productos menos agresivos con el medio ambiente tanto durante como después del proceso de fabricación. La misma preocupación existe por el final del ciclo de vida del material. En estos aspectos, la ingeniería de materiales ayuda en el desarrollo de productos y procesos para el reciclaje y reutilización de materiales, minimizando los impactos ambientales y generando valor a partir de la reutilización de residuos.
Al mismo tiempo, se sabe que las oficinas de patentes de todo el mundo han adoptado procedimientos que apuntan a agilizar el análisis de las solicitudes de patentes referentes a invenciones que reducen los impactos ambientales. En Brasil, existe el programa «Patentes Verdes» de INPI [Instituto Nacional de la Propiedad Industrial], que tiene como objetivo posibilitar la decisión de los procesos presentados y aprobados en un plazo de dos años. De esta forma, la ingeniería de materiales se convierte en un aliado y un incentivo adicional en el diseño e implementación de este programa para acelerar el análisis de tecnologías sustentables.
Además, las nanoestructuras han desempeñado un papel importante, debido a la diversidad de sus formas estructurales y propiedades peculiares, en aplicaciones en nanotecnología, como aditivos para materiales cerámicos, plásticos y textiles, biosensores para diagnóstico o marcadores fluorescentes, además de dispositivos electrónicos.
El potencial de la nanotecnología en la ingeniería de materiales es inmenso. Se están desarrollando nuevos materiales poliméricos nanoestructurados, con propiedades superiores a los existentes. Además, la propia forma de producción, con nuevos procesos de fabricación de estos materiales, tenderá a sufrir profundas transformaciones, lo que influirá en la creciente protección de estas innovaciones como patentes.
En vista de lo anterior, si consideramos que los documentos de patentes son excelentes fuentes de información y funcionan como un indicador del desempeño tecnológico, siendo aceptados para cuantificar la investigación en innovación, en un análisis general, se puede apreciar una evolución en la presentación de solicitudes de patentes en este campo técnico de la ingeniería de materiales, que tiene muchas oportunidades y mucho que aportar a la propiedad intelectual, demostrando así el interés de las empresas y de la comunidad científica por investigar y desarrollar innovaciones relacionadas con nuevos materiales y productos y nuevos procesos mejorados de fabricación de los mismos.